miércoles, 18 de diciembre de 2013

EL ULTIMO AJUSTICIADO.

                     


Jose Maria Manuel Pablo de la cruz Jarabo Perez Morris.Nacio en madrid el 28 de abril de 1923,de familia adinerada,fue al colegio del pilar en madrid.Se traslado con su famila a Estados Unidos,donde se formo academicamente y a Puerto Rico donde contrajo matrimonio para mas tarde divorciarse por su condicion moral.                                                                                                                                                         En 1950 regreso a españa dejando a su familia en Puerto Rico,era un hombre elegante,agradable,galante y marcadamente varonil.Tenia gran atractivo fisico y trato cordial con lo que embauco muy bien a infinidad de mujeres,su gran labia y estar muy bien dotado ayudaba tambien a todo ello.                                                     Sus relacciones amorosas eran muy complicadas,sus insaciables necesidades sexuales le hacian cambiar de pareja constantemente,mezclando amigas de una noche con historias de amor profundo.Vivio entre borracheras,mujeres y drogas,engañando a todo aquel que podia para estafarlo y poder conseguir dinero para llevar ese nivel de vida de juergas nocturnas en la noche madrileña,donde invitaba a todo el mundo a copas despilfarrando grandes cantidades de dinero,se calcula que llego a gastarse mas de quince millones de pesetas,todo la fortuna familiar.

El dia 19 de julio de 1958,agobiado por la falta de dinero y por las presiones familiares que le amenazaban con volver de puerto rico,decide recuperar una joya de gran valor que habia empeñado,propiedad de una de sus amantes,la ciudadana inglesa Beryl Martin Jones,se persono en la calle Sainz de Baranda 19,en la casa de empeños Jusfer donde no pudo recuperarla por falta de dinero.Alas 9 de la noche fue la casa del dueño de Jusfer,Don Emilio Fernandez,en la calle Lopez de Rueda 57,donde mato a su criada,Paulina Ramos,despues a Emilio Fernandez y por ultimo a su esposa Amparo Alonso,la cual estaba embarazada,con gran sangre fria se quedo alli a pasar la noche pero no encontro lo que habia ido a buscar.El dia 21 volvio a la casa de empeños donde mato a Felix Lopez,socio de emilio para entran en la casa de empeños y recuperar la joya,esta vez tambien sin exito.

Fue detenido por la policia gracias al empleado de una tintoreria que aviso a la policia sospechando que todas las manchas de sangre de sus ropas podian tener alguna relacion con ese multiple asesinato tan conocido en esa epoca y asi fue,el dia 4 de julio de 1959 jarabo obstento el dudoso honor de ser el ultimo ajusticiodo mediante garrote vil en españa,convirtiendose a la vez en el primer psicopata español reconicido.
fran.g



















sábado, 14 de diciembre de 2013

Sanatorio de Cheste

Poca, o casi ninguna información, encontramos sobre este sanatorio psiquiátrico cercano a la localidad valenciana Cheste. Con el nombre de "La Humanitat" se construyó en la época franquista y quedó abandonado en el año 2000. Se dice que tras un incendio provocado por una paciente se cerró, y en unos terrenos cercanos se comenzó a construir el que sería el nuevo sanatorio que no se llego a terminar.
Se reconocen algunas dependencias, como un gimnasio, una zona dedicada a menores y dos piscinas, una interior y otra exterior.
En la actualidad, se encuentra en estado ruinoso, lleno de escombros y pintadas. Es visitado por muchos investigadores en busca de eventos paranormales. Siempre estamos deseosos de experimentar alguna situación paranormal, pero en nuestra visita solo sentimos la intranquilidad ante la posibilidad de encontrarnos con algún ente viviente con malas intenciones, y escuchamos unos ruidos lejanos de motores que provenían del circuito Ricardo Tormo que se encuentra en las inmediaciones.
Gori Gorrion





















domingo, 8 de diciembre de 2013

La estación fantasma

El 24 de enero de 1917  se fundó la Compañía Metropolitano Alfonso XIII, el cual, participo económicamente con el proyecto donando un millón de las antiguas pesetas. La estación de Chamberí fue inaugurada el 17 de octubre de 1919 por el monarca y pertenece a la primera linea de metro, que unía la barriada obrera de Cuatro Caminos con La Puerta del Sol, teniendo paradas en Ríos Rosas, Martinez Campos (glorieta de Iglesia), CHAMBERI, Glorieta de Bilbao, Hospicio (Tribunal) y Red de San Luis (Gran Vía). Formaba parte de un proyecto de 4 lineas que darían servicio al centro urbano y poblaciones cercanas al mismo.  Durante la Guerra Civil, como otras estaciones, se utilizaba como almacén y refugio para los ciudadanos en los bombardeos. 
Hoy, Metro de Madrid cuenta con mas de 293 km de vía, 14 lineas y 300 estaciones. Es la segunda red mas extensa de Europa Occidental y la tercera del mundo.
La estación de Chamberi estuvo en funcionamiento hasta mediados de los años 60, ya que por la gran afluencia de público se decidió modificar las estaciones para que pudieran albergar trenes con mas capacidad de viajeros, y ante la imposibilidad de alargar esta, dado que se encuentra en curva y muy cercana a las estaciones de Bilbao e Iglesia, el misterio  de Obras Públicas la cerro el 21 de mayo de  1966. La estación se mantuvo cerrada 40 años, pero entre 2006 y 2008 fue rehabilitada y el 25 de Marzo de 2008 se reabrió convertida en museo. Sirvió de escenario para el rodaje de algunas películas, como Barrio de Fernando León Araona (1998) o Pájaros de Papel de Emilo Aragon (2010).
Gori Gorrion













sábado, 7 de diciembre de 2013

CARCHARODON MEGALODON "EL SEÑOR DE LAS PROFUNDIDADES"

Es el tiburon mas grande y poderoso que ha vivido en nuestros oceanos y que cubren el 71 % de la superficie de nuestro planeta y su profundidad media es de 4 Km. Ese extensísimo habitat se encuentra muy poco estudiado por el hombre, estimándose entorno al 1 % la parte explorada. Debido a ello, siguen produciéndose noticias de descubrimientos de nuevas especies marinas o del hallazgo de otras que se consideraban extinguidas desde hacía millones de años.Pues bien, varios informes sobre encuentros con desconocidos tiburones de gigantesco tamaño y el hallazgo de algunos dientes que podrían ser menos antiguos de lo esperado, han hecho que muchos criptozoólogos se planteen una hipótesis fascinante: que en las profundidades del océano Pacífico exista un ser de pesadilla, auténtico monstruo de los abismos, un gigantesco tiburón de casi 17 m. de largo y 30 toneladas de peso, que los paleontólogos suponen extinto desde hace más de 1 millón de años. El carcharocles megalodón






                                                               CELACANTO

22 de diciembre de 1938 Marjorie Courtenay-Latimer, conservadora del museo de East London, en la República de Sudáfrica, recibe una llamada procedente del puerto , unos pescadores habían capturado en aguas próximas a la desembocadura del río Chalumna, un rarísimo pez que nadie conocía.Al llegar  y ver aquel pez quedo impresionada medía 1,5 m. y pesaba más de 50 Kg . Cogio un taxi y se dirigio al museo para tratar de indetificar al especimen pero sin ningun exito. Entonces trató de localizar a J. L. B. Smith, un reputado especialista en peces de la universidad de Rhodes, pero éste se encontraba de viaje por lo que tuvo que enviar el ejemplar a un taxidermista para que conservase su aspecto disecándolo. Finalmente cuando el 16 de febrero de 1939 Smith pudo ver el pez, no podía creer lo que veían sus ojos: se trataba de un celacanto, una especie que se consideraba extinguida desde hacía ¡65 millones de años! Desde entonces se han pescado otros muchos ejemplares e incluso se los ha filmado vivos en su habitat natural.






                                                        EL MEGAMOUTH

Pero no ha sido el descubrimiento del celacanto el único que ha causado perplejidad en los biólogos marinos durante el pasado siglo XX. El 15 de noviembre de 1976 a 25 millas de la costa de Kaneohe, en Hawaii, fue capturado un enorme tiburón del que la Ciencia ignoraba por completo su existencia. Se trataba de un rarísimo ejemplar de 4,5 metros de longitud cuyo aspecto hacía pensar en un pez muy primitivo.  Su descripción científica como nueva especie fue publicada en 1983 por Taylor, Compagno y Struhsaker. Estos autores definieron en base a dicho ejemplar una nueva familia (Megachasmidae), un nuevo género (Megachasma) y una nueva y única especie, M. pelagios, que es conocida popularmente como Tiburón Megamouth.



Se sabe muy poco de este tiburón, habiendo noticia de contadas capturas o avistamientos. En 1990 fue capturado vivo un ejemplar cerca de la superficie en Dana Point en California. Se le instaló un sensor y fue puesto en libertad de nuevo lo que permitió conocer que durante los dos días siguientes se situó entre los 120 y los 160 metros de profundidad, subiendo por las noches hasta los -12 metros buscando el plancton que constituye su alimento.

El hecho de que semejante animal haya permanecido desapercibido hasta hace tan poco tiempo ha servido para reforzar la hipótesis de quienes creen en la supervivencia actual del megalodón. Pero sobre todo han sido las crónicas sobre avistamientos de tiburones colosales las que han hecho entrar al megalodón en el grupo de animales buscados por la criptozoología.


                                                     INSOLITOS AVISTAMIENTOS


El primer informe que tenemos sobre un posible encuentro con esta criatura, corresponde a un relato que el prestigioso naturalista australiano de principios del siglo XX, David Stead, miembro de la Linnean Society de Londres y de la Royal Zoological Society de Nueva Gales del Sur, refiere en su obra “Tiburones y Rayas de los mares de Australia” lo siguiente:

“En el año 1918 recogí la inquietud que se había instalado entre los recolectores de marisco en Port Stephens (costa Este de Australia) cuando durante varios días se negaron a ir a sus caladeros habituales en las cercanías de la isla Broughton. Los hombres habían estado trabajando en los caladeros situados en aguas profundas cuando un inmenso tiburón de proporciones casi increíbles hizo acto de presencia, levantando una nasa repleta de cangrejos tras otra, y tomando, como los hombres dijeron, "nasas, amarras y todo". Estas nasas de cangrejos, debe decirse, medían alrededor de 3 pies y 6 pulgadas (1,06 metros) de diámetro y contenían con frecuencia de dos a tres docenas de cangrejos de buen tamaño, cada uno de los cuales pesaba muchas libras. Los pescadores fueron unánimes al afirmar que este tiburón era algo que nunca antes habían visto ni en sueños. En compañía del Inspector de Pesca local, interrogué a muchos de los hombres de forma muy exhaustiva y todos ellos estuvieron de acuerdo en el tamaño gigantesco de la bestia. Pero las longitudes que ellos proporcionaron eran absurdas. Lo menciono, no obstante, como indicativo del estado de ánimo en que les había arrojado este inusual gigante. Y teniendo en cuenta que éstos eran hombres que estaban habituados al mar y a todos los tipos de tiempo, así como a todos los tipos de tiburones. ¡Uno de los miembros de la tripulación dijo que el tiburón tenía por lo menos trescientos pies (90 metros) de largo! ¡Los otros decían que era tan largo como el muelle en el que nos encontrábamos (que era de alrededor de 115 pies, unos  35 metros)! Afirmaban que el agua "hervía" en una amplia zona cuando el pez pasó nadando por ella. Estaban completamente familiarizados con las ballenas, que habían visto pasar a menudo en el mar, pero esto era un gran tiburón. Habían visto su terrible cabeza que era "por lo menos tan larga como el suelo del muelle situado en la Bahía de Nelson". ¡Imposible, por supuesto! Pero éstos eran hombres prosaicos y bastante imperturbables, no dados a las "historias sobre peces" ni siquiera cuando hablaban sobre sus capturas. Aún más, ¡sabían que la persona con la que hablaban (yo mismo) había oído todas las historias sobre peces antes! Una de las cosas que me impresionó fue el que todos ellos concordaran en el fantasmal color blanquecino del gran pez. El Inspector de Pesca de la localidad en esa época, el señor Paton, estuvo de acuerdo conmigo en que aquello tuvo que ser algo realmente gigantesco para poner a estos hombres experimentados en un estado de miedo y pánico...”

Para los biólogos marinos el único problema que tiene este relato son las medidas estimadas al tiburón: no existe nada conocido que se acerque a eso, ni siquiera el megalodón cuya supuesta longitud máxima, estimada por un esqueleto completo encontrado en 2008 en Perú (donde abundan sus restos fosilizados), es de unos 16 m. O bien de algo más de 18 m. si se utilizan cálculos basados en el tamaño de algunos dientes encontrados.

Pero entonces, ¿qué fue lo que asustó a aquellos pescadores? El color blanquecino que reportaron y el hecho de que pudieran verle la cabeza (que sólo el tiburón blanco saca fuera del agua), hacen pensar en un gigantesco tiburón blanco. Sólo que el mayor tiburón blanco del que se tiene noticia midió 7 metros y 14 centímetros




Otros dos informes de avistamiento de un descomunal tiburón recogidos por M. Goss en su libro “Do Giant Prehistoric Sharks Survive?” y por el zoólogo Karl P. N. Shuker en su obra “In Search of Prehistoric Survivors,”nos llegan también desde la primera mitad del siglo XX, teniendo como testigos al escritor Zane Grey en 1927 y después a su propio hijo Loren en 1933. Zane Grey fue un escritor estadounidense que hizo una gran fortuna escribiendo novelas del Oeste y que realizó numerosos viajes de pesca, a la que era muy aficionado, por los mares del Sur. En el primer caso Grey refiere que estando pescando en alta mar cerca de  Rangiroa, en el Pacífico Sur en 1927, él y los pescadores de Nueva Zelanda que le acompañaban a bordo de su barco, vieron con espanto un enorme tiburón de “cabeza cuadrada, enormes aletas pectorales y unas pocas manchas blancas.” Grey agregó que era  considerablemente más largo que su barco, estimando su longitud entre 35 y 40 pies (10.5 y 12 m).
Pese a que su descripción coincide bastante con la de un tiburón ballena, Grey afirmó que pensó que “ese pez no era uno de esos inofensivos peces, sino uno de esos monstruos come hombres del Pacífico Sur”. Algunos piensan que lo que Grey vio en realidad fue un gran tiburón tigre que puede superar los 5 m. de largo y que se refería a ellos con su frase antes citada. Sin embargo, Grey también debía conocer perfectamente este tipo de escualos por haberlos pescado y además, las medidas están lejos de coincidir.

El segundo avistamiento es referido en 1933 por el hijo de Zane Grey, Loren, quien nos narra que durante la travesía de regreso de uno de sus viajes de pesca desde Tahití a San Francisco, mientras se encontraba en la cubierta del barco durante un atardecer, llamó su atención una bandada de gaviotas que volaban en espiral sobre una zona de agua de color amarillo. “Al principio pensé que era una ballena, pero cuando vi la enorme cola de color café batir el agua impulsando poderosamente al pez, supe inmediatamente que era un monstruoso tiburón. Tenía una enorme cabeza redonda que parecía ser de al menos 10 a 12 pies (de 3 a 3,6 m.) si no más... Estoy convencido de que esta enorme criatura amarillenta debe haber sido de al menos 40 o 50 pies de largo (de 12 a 15 m.).  No era un tiburón ballena: el tiburón ballena tiene un aspecto blanco verde purpúreo con grandes manchas marrones y una cabeza mucho más estrecha. Entonces, ¿qué fue aquello, tal vez un verdadero monstruo prehistórico de las profundidades? ”
Es cierto que la descripción que Loren Grey hace de un tiburón ballena no es muy correcta, pues este escualo  es gris oscuro azulado o gris verdoso, con muchas manchas de color blanco o amarillento y rayas transversales. Esto ha hecho que muchos argumenten que lo que vio Loren Grey fue precisamente un tiburón ballena.



Sin embargo el prestigioso zoólogo británico, el Dr. Karl P. N. Shuker, sugirió en su obra “En busca de sobrevivientes de la Prehistoria” que la existencia de una criatura como la avistada por los Grey puede estar detrás de una creencia tradicional de algunos pueblos de pescadores polinesios que hablan de un ser de 30 metros de largo no muy diferente de un tiburón blanco, que ellos llaman “El Señor de las Profundidades”. Es interesante resaltar que esta leyenda describe un tiburón que podría encajar en el avistamiento de la isla Broughton, en Port Stephens, de 1918.

Para terminar esta búsqueda de posibles informes de avistamiento, podemos citar al escritor Clay Cartmell quien en su libro “Let’s Go Fossil Shark Tooth Hunting” recoge otra historia sobre un gigantesco tiburón. “En la década de 1960 a lo largo del borde exterior de la Gran Barrera de Coral australiana, un buque de  85 pies de eslora [26 m] experimentó problemas de motor que lo obligó a parar para las reparaciones.  Aunque los tripulantes, posteriormente se negaron a informar abiertamente de  lo que habían visto por miedo al ridículo público, el capitán y su tripulación contaron a sus amigos después como un inmenso tiburón se trasladó lentamente pasando junto a su buque.  De color blanquecino, quedaron asombrados por su tamaño.  ¡Era mayor que su barco!  Experimentados hombres del mar, que también estuvieron seguros de que  la criatura no era una ballena”.







Dos autores franceses, Pierre Clostermann en Des Poissons si Grands y Jean-Jacques Barloy en Les Survivants de L’Ombre: Enquête sur les Animaux Mysterieux, recojen la historia del Rachel Cohen, un yate australiano que al ser varado en Adelaida en dique seco para su mantenimiento periódico en marzo de 1954, los operarios se encontraron con 17 dientes incrustados en el casco de madera, cerca de la hélice de la embarcación. Las medidas reportadas de los dientes fueron de 8 cm. de ancho en su base por 10 cm. de largo, lejos de las longitudes máximas de dientes de tiburón blanco, que no superan los 6 cm. de largo. Los dientes se encontraban dispuestos formando un semicírculo (típico de los mordiscos de tiburón) con alrededor de 2 metros de diámetro. El capitán recordó un estremecimiento sufrido por la embarcación una noche cerca de Timor, en Indonesia, que el pensó era causado por una colisión con un tronco flotante.

Y finalmente cabe citar aquí el extraordinario caso del pesquero japonés Zuiyo Maru el cual, el 10 de abril de 1977, cerca de Nueva Zelanda, levantó en sus redes un extraño cadáver en descomposición. El cuerpo, o lo que quedaba de él, pesaba unos 1.800 Kg. y medía unos diez metros, tenía cuatro aletas de un metro aproximadamente y parecía mostrar una cabeza muy definida al extremo de un largo cuello.
Se tomaron 5 fotografías, se midió y se tomaron muestras de tejido, pero no se guardó el cuerpo, ya que estaba muy descompuesto y el barco llevaba una carga de pesca con un alto valor comercial que se podía contaminar.
En su día la noticia dio la vuelta al mundo y fue portada de semanarios y revistas en Japón durante semanas existiendo desde entonces gran controversia sobre lo que aquel ser era. Científicos japoneses, basándose en la disposición y tamaño de las aletas así como en la distancia que las separaba de la cabeza, especularon en su día sobre la posibilidad de estar ante algún tipo de criatura cercana a los reptiles. Se habló incluso de plesiosauros. También se dieron opiniones en el sentido de que los restos podrían pertenecer a algún tipo de tiburón desconocido
Según los paleontólogos, los megalodontes se extinguieron hace alrededor de 1,5  millones de años sin que estén claras las causas. Se piensa que desaparecieron al bajar la temperatura de los océanos y no poder seguir a las ballenas de las que se alimentaban cuando estas pasaban los veranos en los mares polares. Sin embargo se sabe que también se alimentaron de peces y pudieron hacerlo además de calamares gigantes, por lo que no necesariamente tuvieron que seguir a las ballenas.
De hecho, para los biólogos marinos escépticos, los megalodontes no existen en la actualidad “porque no los vemos”, ya que atribuyen a este poderoso depredador comportamientos parecidos a los que tiene el que hasta hace poco se pensaba que era su descendiente evolutivo, el tiburón blanco (carcharodón carcharias), es decir, un depredador de aguas costeras (hoy en día empieza a considerarse que el megalodón se encuentra más emparentado con el tiburón tigre o incluso con el tiburón toro). Para estos biólogos, la datación de los dientes recubiertos con manganeso sólo explicaría que esos dientes llevan poco tiempo sufriendo ese proceso, pero no que se hayan desprendido del tiburón hace esos pocos miles de años. Y respecto a los avistamientos alegan que probablemente se trate de exageraciones en algunos casos y poco menos que leyendas portuarias en otros.
Pero hechos como el hallazgo del celacanto o del tiburón meganouth nos dicen que aún pueden quedar criaturas en los océanos de cuya existencia no tengamos noticia. Ninguno de los datos que hemos visto en este artículo supone una prueba para admitir la existencia actual del megalodón, sin embargo hacen que no se pueda negar totalmente esa posibilidad.  
 Hemos de recordar por ejemplo que el kraken fue considerado durante siglos un mito marinero y hoy se estudian varias especies de calamares gigantes.


Los megalodontes podrían ser depredadores pelágicos, es decir, de aguas muy alejadas de las costas, que sobreviven en número tan escaso que hace extremadamente improbable su encuentro, allá, perdidos en las azules inmensidades oceánicas del Pacífico Sur.